Bla Bla Bla Goodbye Bla Bla Bla

miércoles, 24 de junio de 2009

Nicotina, sangre y Panero



Disculpen mi torpeza pero no he podido encontrar ningún link al video que les quiero mostrar y debo remitirles a las fuentes periodísticas (una El país y dos El mundo, por ejemplo).

En este trailer, la Asociación Española contra el cáncer y los vicios pecaminosos se dedica a lo suyo, lo de siempre, esta vez meneando la cola entre la inteliguentsia nacional; ya saben, coristas, ministros, putos, cantamañanas cantautores y demás chulos, asaltacunas y pedigüeños.

¿Qué pretenden hacer jugando con el Quimicefa?, ¿se aburren?, ¿quieren ver qué monstruo sale de semejante mejunje?, ¿quieren ver si aparece una cantidad de nicotina en sangre exageradísima?...


Haga click para ampliar si tiene curiosidad científica.

¡Por supuesto que va a aparecer nicotina a raudales!, ¿qué se piensan?. ¿Alguien lo duda en un país en que se pueden detectar drogas flotando en el aire de las ciudades? ¡Un Ducados o un Celtas no van a ser menos que el azucarillo colombiano, ¡coño!.

Lo que no nos dirán será que tonteando con esas magnitudes para detectar restos de nicotina en la sangre de un no fumador tienen que afinar mucho la maquinita y que les va a salir una lista de sustancias un poco larga.

Como ellos son muy coquetos, tanto que hasta frecuentan obispos, se callarán como putas que en los análisis han aparecido anticuerpos del Sida, restos de cocaína, trazas de amianto, toxinas de todo tipo, bicarbonato, benzodiacepinas, alcohol de garrafa y hasta virus de la gripe porcina.

Gripe porcina, pero de la auténtica, esa gripe que convierte a cualquier niñato con tendencia al canapé en un señor serio de los pies a la cabeza con despacho y coche oficial.
¡Mucho ánimo Alex que ya no te falta nada para ser el nuevo Ramoncín o incluso el Víctor Manuel del S.XXI, vas por buen camino!.

Cuando los señores de la Asociación Españolísima contra el cáncer y la tolerancia tengan a bien me coloco el parche correspondiente, a ver si cabe entre todas las medallas y sanbenitos que tengo que llevar bien visibles, a ver si así me convierto en un ciudadano moderno y ejemplar, un imbécil más vamos.

Por mi no se preocupen me quedaré mirando las nubes en cualquier parque muriéndome de asco poco a poco, sin prisa, mientras me trago toda la mierda que sueltan sus cochecitos y motos, eso no pedirán que se prohiba por motivos sanitarios, los muy hijos de puta. ¡cof, cof!...


¡FUMADOR!

P.S:

Muy bonito el detalle de sacar a Leopoldo María Panero en sus reportajes de actualidad (¿les pagan más si sacan "rostros que no conoce nadie pero que deberían ser conocidos"?), a ver si en el próximo "bobograma", pueden hacer tiempo, aunque sea en los créditos rebosantes de escudos oficiales y agradecimientos a ministerios, para que les recite uno de sus fabulosos poemas, seguro que estará encantado:


LA CANCIÓN DEL CROUPIER DEL MISSISSIPI
(De "Last River Together"/1980)

Fifteen men on the Dead Man's Chest.
Yahoo! And a bottle of rum!


Canción pirata

Fumo mucho. Demasiado.
Fumo para frotar el tiempo y a veces oigo la radio,
y oigo pasar la vida como quien pone la radio.
Fumo mucho. En el cenicero hay
ideas y poemas y voces
de amigos que no tengo. Y tengo
la boca llena de sangre,
y sangre que sale de las grietas de mi cráneo
y toda mi alma sabe a sangre,
sangre fresca no sé si de cerdo o de hombre que soy,
en toda mi alma acuchillada por mujeres y niños
que se mueven ingenuos, torpes, en
esta vida que ya sé.

Me palpo el pecho de pronto, nervioso,
y no siento un corazón. No hay,
no existe en nadie esa cosa que llaman corazón
sino quizá en el alcohol, en esa
sangre que yo bebo y que es la sangre de Cristo,
la única sangre en este mundo que no existe
que es como el mal programado, o
como fábrica de vida o un sastre
que ha olvidado quién es y sigue viviendo, o
quizá el reloj y las horas pasan.

Me palpo, nervioso, los ojos y los pies y el dedo gordo
de la mano lo meto en el ojo, y estoy sucio
y mi vida oliendo.
Y sueño que he vivido y que me llamo de algún modo
y que este cuento es cierto, este
absurdo que delatan mis ojos,
este delirio en Veracruz, y que este
país es cierto este lugar parecido al Infierno,
que llaman España, he oído
a los muertos que el Infierno
es mejor que esto y se parece más.

Me digo que soy Pessoa, como Pessoa era Álvaro de Campos,
me digo que estar borracho es no estarlo
toda la vida, es
estar borracho de vida y no de muerte,
es una sangre distinta de esa otra
espesa que se cuela por los tejados y por las paredes
y los agujeros de la vida.

Y es que no hay otra comunión
ni otro espasmo que este del vino
y ningún otro sexo ni mujer
que el vaso de alcohol besándome los labios
que este vaso de alcohol que llevo en el
cerebro, en los pies, en la sangre.
que este vaso de vino oscuro o blanco,
de ginebra o de ron o lo que sea
- ginebra y cerveza, por ejemplo -
que es como la infancia, y no es
huida, ni evasión, ni sueño
sino la única vida real y todo lo posible
y agarro de nuevo la copa como el cuello de la vida y cuento
a algún ser que es probable que esté
ahí la vida de los dioses

y unos días soy Caín, y otros
un jugador de poker que bebe whisky perfectamente y otros
un cazador de dotes que por otra parte he sido
pero lo mío es como en "Dulce pájaro de juventud"
un cazador de dotes hermoso y alcohólico, y otros días,
un asesino tímido y psicótico, y otros
alguien que ha muerto quién sabe hace cuánto,
en qué ciudad, entre marineros ebrios. Algunos me
recuerdan, dicen
con la copa en la mano, hablando mucho,
hablando para poder existir de que
no hay nada mejor que decirse
a sí mismo una proposición de Wittgenstein mientras sube
la marea del vino en la sangre y el alma.

O bien alguien perdido en las galerías del espejo
buscando a su Novia. Y otras veces
soy Abel que tiene un plan perfecto
para rescatar la vida y restaurar a los hombres
y también a veces lloro por no ser un esclavo
negro en el sur, llorando
entre las plantaciones!
Es tan bella la ruina, tan profunda
sé todos sus colores y es
como una sinfonía la música del acabamiento,
como música que tocan en el más allá,
y ya no tengo sangre en las venas, sino alcohol,
tengo sangre en los ojos de borracho
y el alma invadida de sangre como de una vomitona,
y vomito el alma por las mañanas,
después de pasar toda la noche jurando
frente a una muñeca de goma que existe Dios.

Escribir en España no es llorar, es beber,
es beber la rabia del que no se resigna
a morir en las esquinas, es beber y mal
decir, blasfemar contra España
contra este país sin dioses pero con
estatuas de dioses, es
beber en la iglesia con música de órgano
es caerse borracho en los recitales y manchas de vino
tinto y sangre "Le livre des masques" de Rémy de Gourmont
caerse húmedo babeante y tonto y
derrumbarse como un árbol ante los farolillos
de esta verbena cultural.

Escribir en Espanã es tener
hasta el borde en la sangre este alcohol de locura que ya
no justifica nada ni nadie, ninguna sombra
de las que allí había al principio.
Y decir al morir, cuando tenga
ya en la boca y cabeza la baba del suicidio
gritarle a las sombras, a las tantas que hay y fantasmas
en este paraíso para espectros
y también a los ciervos que he visto en el bosque,
y a los pájaros y a los lobos en la calle y
acechando en las esquinas
"Fifteen men on the Dead Man's Chest
Fifteen men on the Dead Man's Chest
Yahoo! And a bottle of rum!"

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